En un mundo cada vez más competitivo y globalizado, la protección de las marcas se ha convertido en un pilar fundamental para las empresas. La vigilancia marcaria desempeña un papel clave en este proceso, permitiendo a las organizaciones resguardar su identidad comercial y mantener su reputación en el mercado.
Es importante destacar que el trámite de registro de marca, si bien esencial, no es el único aspecto crucial. El verdadero valor de una marca radica, en primer lugar, en no lanzar un producto o servicio sin haber realizado previamente un estudio de viabilidad para el registro de la marca que lo identificará. En segundo lugar, consiste en vigilar de forma constante si, durante la vigencia de la marca, aparecen otras con características similares o idénticas en el mercado, incluyendo aquellas que solicitan su registro ante la Dirección Nacional de la Propiedad Industrial (DNPI).
Esta práctica no solo permite detectar posibles infracciones a tiempo, sino que también facilita la adopción de medidas legales oportunas para evitar daños mayores. La vigilancia marcaria se convierte así en una herramienta esencial para preservar los activos intangibles de las empresas.
Es relevante aclarar que este proceso no se realiza de forma automática. Aunque existen programas informáticos que colaboran en la detección de solicitudes de marcas similares—considerando aspectos denominativos, fonéticos e ilustrativos—, la revisión de los resultados arrojados por estos programas requiere un análisis manual realizado por un experto en la materia. La selección de las marcas detectadas que serán notificadas al cliente responde a un criterio profesional, basado en la experiencia y el conocimiento profundo sobre comparaciones marcarias.
A través de la vigilancia marcaria, es posible identificar marcas confundibles con las previamente registradas. En este sentido, cuando la DNPI publica su Boletín quincenalmente, se abre un plazo de 30 días para que terceros ajenos a la solicitud puedan presentar una oposición, alegando, entre otras razones, la similitud con una marca ya registrada.
En resumen, contar con el registro de una marca no garantiza su protección absoluta. Sin una vigilancia adecuada, la marca queda expuesta a posibles confusiones y vulneraciones. Por ello, la vigilancia marcaria no es solo una herramienta reactiva, sino una estrategia proactiva que fortalece el valor de una marca, protege su integridad y asegura su crecimiento sostenido.
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